VIAJAR AL PASADO.
Lo malo de viajar al pasado es un jet lag de estancias
vacías,
de soñolientas imágenes que vagan ante tus ojos
a medio camino entre lo irreal y lo que sucedió.
Lo malo de viajar al pasado es la llegada sin recibimiento.
Un aeropuerto desolado como el escenario de un campo de
batalla al final de la guerra
Un lugar donde ya no queda nada. Porque ya no existe.
Lo malo de viajar al pasado es tener un único billete de ida sin vuelta.
“Tengo miedo de quedar
atrapada en el pasado” (te decía
siempre yo)
“Lo malo del pasado es
el recuerdo del propio pasado. Los
recuerdos son sus arterias y sin ellos deja de vivir” (me decías siempre tú).
El pasado es un dardo envenenado de nostalgia
Un conjunto de vida silenciosa, soterrada en el olvido.
Un desfile de esqueletos malogrados.
El pasado es el escondite perfecto del presente
Y la excusa del futuro.
Yo hoy (ya lo sabes) estoy de viaje por el pasado.
Me asfixio.
Te echo de menos.
Quiero irme, aunque para ello tenga que inventarme una nueva
dimensión.
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